jueves, 9 de agosto de 2012

CALLE GENERAL GARCÍA DE LA HERRÁN




(Fotografía publicada en el libro Calles de la Isla")

Antigua foto del comienzo de esta calle, General García de la Herrán,  en la esquina con la calle Rosario. Vemos a la izquierda el letrero y escaparate de la Imprenta La Voz,  famoso  comercio isleño que estuvo abierto hasta hace pocos años.
Mi padre cuenta que en ese mismo lugar estuvo a principios de siglo un bar llamado El Correo en el que se servía el vino en un vaso largo y acampanado , más grande que el de las chiquitas,  al que llamaban bulipepe.  A mano derecha se encontraba el Taller de Vila, en el que se reparaban bicicletas. Desde la calle Rosario, hasta la calle Antonio López  se pueden encontrar numerosos comercios, siendo este tramo muy distinto de los dos siguientes.
Podríamos dividir la calle en tres tramos perfectamente diferenciados, el primero desde Rosario hasta Antonio López, el segundo hasta la calle Arenal y luego uno bien distinto que llegaría hasta el final, a las puertas del cementerio.


                         


Vemos que sus tres tramos son muy distintos, unos amplios y otros con estrechamientos, incluso tiene una zona que no parece que forme parte de la calle porque cuando llega a la altura del parque se abre a un cruce de bastante amplitud. El primer tramo, que vemos en esta imagen, está excluido al tráfico desde hace unos años y en él se han abierto varios restaurantes y cafeterías. Uno de los comercios más antiguos de la zona es de la familia Luna,  Suministros Americanos, que lleva al servicio de la ciudad muchos años.




Cuando publiqué la entrada de la calle Gonzalez Hontoria hice mención, como dato curioso, a la casa que se encuentra en el número 5 de dicha calle y que presenta casi idéntica fachada a la que se encuentra en esta calle en el número 16, aunque anteriormente era el 18, como muestra un azulejo sobre la portada. Vemos que ambas tienen el mismo tipo de almenas decoradas con motivos cerámicos, que su fachada está decorada con ladrillo y azulejos y la azotea queda rematada con una barandilla de hierro forjado.



Fotografía del cruce donde confluyen las calles San Diego de Alcalá, General García de la Herrán, Reyes Católicos y Arenal.


En esta fotografía vemos la misma esquina anterior con la ladrillera a mano izquierda y el cartel anunciador de las nuevas construcciones que hemos visto en la foto anterior. Esa esquina formaba parte de una gran casa que tiene su entrada por la calle que estamos comentando. Donde se encontraba la ladrillera también se construyeron grandes bloques que hacen esquina con la calle Muñoz Torrero y forman parte de la Plaza de la Ladrillera.

La calle de la estamos hablando queda a la izquierda de la imagen, de donde sale el coche azul.  La zona del centro fue una rotonda antes de cambiar la circulación de esta zona, hoy día es un cruce que distribuye el tráfico que desemboca de las calles Reyes Católicos, San Diego de Alcalá, General García de la Herrán y Arenal.




Esta foto del primer tramo de la calle fue tomada el día del Corpus, a mano derecha de la imagen se encuentra la Floristería La Orquídea de Jesús Diaz-Noriega, más abajo, la Sastrería de Manolo, de Don Manuel Jiménez Sánchez, especializada en ropa militar, y donde estaba la imprenta de La Voz encontramos  un restaurante, Cañas y Adobo, cuya cocina está representada por el pescaíto frito y el marisco,  mientras que  a mano izquierda en primer término vemos la fachada de otro restaurante, La Montanera, que ofrece una amplia variedad  en carnes.




Aunque muchas viviendas han sido restauradas tenemos ejemplos como el de esta foto que demuestran el buen gusto de los propietarios, manteniendo las características de la arquitectura local y utilizando materiales propios de la zona como la piedra ostionera.



Detalle de almena de esquina de la misma vivienda,  del tipo de almena con contrafuertes y decorada con jarrón.




En esta imagen vemos una escalera de almenas con distintos motivos ornamentales.





Este tramo de la calle que está tomado en sentido contrario es el que desemboca en la zona de cruces antes mencionada. A mano izquierda de la imagen se encuentran los pisos conocidos como de la Ladrillera porque en estos terrenos se encontraba una fábrica de ladrillos. También  en ese lado está el Colegio Público Almirante laulhé, edificio en el quedó ubicado, sobre los años cincuenta, el Patronato de Enseñanza Media Rafael Estrada Arnáiz,  promovido por el municipio que dependía del Instituto Columela de Cádiz.




Fachada del Colegio Almirante Laulhé.




Esta portada pertenece a la vivienda de la familia Luna, prestigiosos abogados de San Fernando. Esta forma de patio exterior ya lo vimos en otra vivienda situada en la calle Sánchez Cerquero, y se asemeja a la utilizada en la construcción de las viviendas unifamiliares que formaron las nuevas calles que rodean la última zona de la que estamos comentando, en las cercanías del Cementerio, nos referimos a las calles Noya, Muros, Arrayanes...


                        


La Iglesia de San José Artesano lleva pocos años en esta calle, antes era una pequeña capilla que se encontraba unas calles más abajo. En ella podemos encontrar la imagen de la Virgen de la Asunción que fue trasladada de la desaparecida Capilla del Auditor que se encontraba en la calle Isaac Peral, donde ahora se encuentran algunas dependencias del Ayuntamiento.




Tramo que parte de la esquina del Parque Almirante Laulhé y llega hasta un estrechamiento de gran belleza, bordeado por viejos árboles que ofrecen una preciosa imagen.  Podemos ver que es una zona de mucha anchura quizá la más amplia de toda la calle exceptuando la parte del cruce. Hasta los años sesenta era un callejón de mediana anchura ocupado en gran parte por huertas y conocido por los isleños como Callejón de los Muertos porque era el único camino que daba acceso al Cementerio.




Este bello camino al final de la calle desemboca en una plaza de reciente construcción  con bastantes árboles y algunos canapés donde sentarse a disfrutar de la sombra. A pesar de su estrechez es un tramo de dos direcciones para el tráfico de vehículos.




Fachada del Cementerio que se encuentra en la calle Puerto de Palos, perpendicular a la que estamos comentando. Sigue manteniendo el número 141 aunque no encuentro el motivo salvo que sea por mantener la costumbre. 




Plaza que se halla a mano derecha al finalizar la calle, entre las calles Puerto de Palos y Rábida.


Antiguamente esta calle tuvo el nombre de Montalvo, y luego Muñoz Torrero, nombre que hace referencia al Dr. Diego Muñoz Torrero uno de los más ilustres miembros de las Cortes de 1810.

Miguel García de la Herrán y Martínez (San Fernando 28 de enero de 1880-20 de julio de 1936) fue un militar e ingeniero español. Tras el golpe de Estado de julio de 1936, estaba a cargo del Unidades del Cantón de Carabanchel con el cargo de general de brigada, siendo uno de los generales en la sublevación en Madrid.​ Al mando de un millar de hombres, intentó conectar mediante un convoy de refuerzo con el Cuartel de la Montaña cuando, en un encontronazo con milicianos, fue muerto por herida de bala.​ Sin embargo, según la versión del periodista Julián Zugazagoitia, testigo directo de los hechos, fue muerto fusilado junto al general Fanjul, previo proceso legal, por rebelión tras la rendición de los insurgentes del Cuartel de la Montaña.​
Ingresó como cadete en la Academia de Guadalajara en 1895, y fue 2.º teniente por haber terminado los estudios reglamentarios. En 1899 pasó a ser 1.er teniente, acabando su formación en el año 1899 con el grado de teniente. En 1905 ostentaba el empleo de capitán por antigüedad. Destinado a Melilla, participa en 1910 en diversas operaciones militares. Fue comandante de ingenieros por méritos de guerra en 1913, y teniente coronel por antigüedad en 1923. En la provincia de Larache ordena y supervisa la construcción de un puente permanente sobre el río Lucus.​ Ganó experiencia militar en 1924 participando en diversas acciones de guerra en la zona de Melilla. Fue un mando en el Desembarco de Alhucemas y, más tarde, ascendido a coronel por méritos de guerra, llevó a cabo una intensa labor en la mejora y mantenimiento de la red de comunicaciones del Protectorado. Ya en la península ibérica y en la época de la Dictadura de Primo de Rivera, solicitó el pase a la reserva. Careció de mando desde el 3 de enero de 1931 y 1936.​
Apoyó activamente al general Sanjurjo durante la denominada "Sanjurjada" del 10 de agosto de 1932, y fue condenado a cadena perpetua, siendo trasladado junto con Sanjurjo a las prisiones militares de Madrid en agosto de ese mismo año, aunque sería amnistiado durante el gobierno de Lerroux.​ Cuando se produjo la sublevación militar, se le encargó el mando de las unidades acantonadas en Carabanchel,​ aunque cayó abatido en un confuso tiroteo durante la operación de conexión con el Cuartel de la Montaña (bajo el mando del general Fanjul). Sin embargo, testigos directos de los hechos, como el periodista Julián Zugazagoitia, afirman que fue procesado por rebelión y fusilado junto al general Fanjul tras un proceso penal. Existe documentación donde aparece el traslado de su cadáver en ambulancia sobre las 12 horas del 1 de junio de 1940 a San Fernando.





5 comentarios:

  1. Leonor, completísima entrada. Me acuerdo del Taller de bicicletas de Vila, un precursor, sin duda, dado el auge que está teniendo cada vez más el uso de las bicicletas.

    ¿Y qué decir de La Voz?. ¿Hay algún cañailla madurito que no haya comprado allí?. Y Suministros Americanos, todo un clásico que sobrevive; allí compraba mucho en mis tiempos de mili, que la hice como cartero.

    Deliciosa la primera fotografía, con ese Renault ¿4?... y el rótulo de La Voz. ¡Me encanta!

    Yo vivía en el Parque Almirante Laulhe (hoy "de los patos"), así que tenía muy cerca el cementerio. Al contrario que el primer tramo de la calle, la zona cercana a éste no ha variado excesivamente en los últimos años.

    Y recuerdo también, sí, La Ladrillera. La iglesia estaba antes, recordarás, ocupando una parte del colegio público ¿Casal Carrillo?, y era nada, un aula habilitada como Capilla. Los domingos me despertaba la campana de la iglesia llamando a misa.

    Como ves, muchos recuerdos me vienen a la cabeza con esta entrada.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Al final resulta que hemos sido casi vecinos porque yo llevo toda la vida en la calle Saturnino Montojo, a dos pasos del Parque, ya verás cuántos recuerdos te traerá la publicación de dicho lugar, cuando existía el parque infantil y se hacían las Veladas del Carmen, con todo el barrio iluminado.
    Recuerdo la capilla de la iglesia junto al colegio Casal Carrillo.
    Carlos, seguiremos recordando y si te apetece hacer alguna aportación de algún lugar que te sea especialmente querido me lo dices y lo hacemos.

    Un saludo afectuoso.
    Leonor

    ResponderEliminar
  3. Hola Leo, me he ido sin dudar a la calle donde nací, la verdad es que te lo curras, me encanta, sigue con el blog porque realmente merece la pena leer todo lo que investigas.

    ResponderEliminar
  4. Buenas tardes,
    En relación a la "churrería ramona" que existía en los años 40 donde ahora esta la zapatería Cabrera, decir que ramona era mi bisabuela, y ahora mismome encuentro con su hija y su nieta (mi abuela y mi madre) y nos gustaría aclarar que ramona, mi bisabuela, regentó junto a su marido, la churrería (en el blog indican que fue ella la que se quedó con la churrería cuando enviudó). Mi bisabuela ramona era la que vendía los churros, y mi bisabuelo antonio era el que hacía la masa de esos churros tan especiales. Ambos trabajaban juntos.
    Muchas gracias por este pasaje por el tiempo tan interesante!!! Un saludo

    ResponderEliminar
  5. Buenas tardes,
    En relación a la "churrería ramona" que existía en los años 40 donde ahora esta la zapatería Cabrera, decir que ramona era mi bisabuela, y ahora mismome encuentro con su hija y su nieta (mi abuela y mi madre) y nos gustaría aclarar que ramona, mi bisabuela, regentó junto a su marido, la churrería (en el blog indican que fue ella la que se quedó con la churrería cuando enviudó). Mi bisabuela ramona era la que vendía los churros, y mi bisabuelo antonio era el que hacía la masa de esos churros tan especiales. Ambos trabajaban juntos.
    Muchas gracias por este pasaje por el tiempo tan interesante!!! Un saludo

    ResponderEliminar