viernes, 25 de mayo de 2012

ALAMEDA MORENO DE GUERRA III





Imagen de la Alameda Moreno de Guerra en los años cuarenta, tomada desde la esquina de la actual calle Héroes de Baleares. Al fondo la Iglesia de San Francisco.




Foto actual en la que vemos las nuevas vías del tranvía, que aún es un proyecto, y las farolas que alumbran toda la calle Real.



           Otra perspectiva de la Alameda, esta vez desde la parte trasera. En la parte de la derecha, al otro lado, vemos las columnas que formaban las entradas.



Tomada desde el mismo ángulo, en esta foto vemos que los bancos que rodeaban todo el perímetro han quedado reducidos a unos cuantos que se distribuyen por la parte del centro. La columna que aparece en primer término es de las que formaban las entradas a la Alameda y que se situaban en las esquinas y una, en el centro, en la parte de la calle Real.
En una de estas columnas encontramos una réplica, más o menos, del escudo que decoraba la portada de la casa de las Cadenas, cuyos dueños donaron los terrenos en los que se encuentra la Alameda como ya comentamos en una entrada anterior dedicada a este lugar.






El escudo heráldico de la familia Mace se encuentra, según cuenta en su libro "Calles de la Isla", don Jose Carlos Fernandez, en la casa del escritor don Luis Berenguer, descendiente de aquella familia, en cuya fachada figura una placa conmemorativa dedicada al escritor.


Una de la últimas fotos de la Alameda con su perímetro rodeado de bancos.



En las dos esquinas delanteras de la Alameda figuran dos placas de mármol con el rótulo del nombre de la misma.

La Historia de la Isla en sus Placas, blog de Carlos Facio.





Fotografías nocturnas de Diego Bernal Bugatto.

El día 17 de diciembre de 1890 fue aprobada su denominación como Plaza.



Fotografía publicada en el libro de Salvador Clavijo, La ciudad de San Fernando, tomo II.

Don Juan Nepomuceno Moreno de Guerra y Macé, nacido el día 11 de octubre de 1916, murió en 1889, hijo de José María Moreno de Guerra y Navarro y de Josefa Macé y Lasquetty. Fue alcalde isleño y diputado provincial, una persona de arraigo en la historia genealógica de varias familias residentes en San Fernando. Como alcalde revarolizó sus sentimientos en pro del progreso de esta Ciudad. 
Heredero de Doña Josefa Macé (propietaria de seis casas en la plazuela del General Valdés y de cuatro más contiguas en la calle San José y Portales, (Losada) y en la de Belén (General Valdés), dueña de los mayorazgos de Handriex y Duque, que pertenecieron a su padre Don Juan Nepomuceno Macé).
Centró su voluntad en elevar el nivel urbano hacia un futuro más predominante.
Se casó con doña María Raimunda Cróquer y Tíscar el día 29 de enero de 1834. Tuvieron 10 hijos.


PATRIMONIO (28/04/05) Artículo publicado en San Fernando Información del Grupo Publicaciones del Sur, el lunes 02/05/05).

 JARDINES Y PARQUES DE SAN FERNANDO CON HISTORIA (I) LA ALAMEDA MORENO DE GUERRA.

 La Alameda, como es conocida popularmente por los isleños, es emblema de la vida social y cultural de la ciudad de San Fernando desde hace más de dos siglos. Sus bancos y plantas han visto pasar todo tipo de eventos, signos del paso del tiempo, como han sido, desde un antiguo mercado en el S. XVIII, al primer cinematógrafo comercial al aire libre, o exposiciones de jóvenes artistas y trabajos realizados por los aprendices de la Construcción Naval ya en los años 30 del S. XX, pasando por la instalación de atracciones feriales durante la Velada del Carmen, conciertos de la Banda de la Infantería de Marina, hasta múltiples actividades hoy en día como son las Ferias del Libro y de Artesanía. 
Este lugar, el preferido para el esparcimiento de muchas generaciones de isleños, llegó a denominarse en otras épocas con distintos nombres como el de Plaza de las Tres Cruces, Plazuela de Macé, de las Cadenas de Macé, Plaza del General Valdés y Alameda Moreno de Guerra. El primitivo de las Tres Cruces proviene de un pedestal con tres cruces que hubo en su centro, perteneciente según algunos a un Humilladero situado a la entrada de la villa y que luego quedaría encerrado en el casco urbano al ampliarse éste. Para otros, estas tres cruces formaban parte de un Vía-crucis cuyas restantes Estaciones se encontraban repartidas por las distintas casas que conformaban la plaza y eran rezadas por los Hermanos de la Orden Tercera Franciscana. 
Los terrenos donde se ubica la Alameda fueron siempre utilizados por el pueblo como espacio público para paseos y reuniones, aunque tuvieran inicialmente titularidad privada Su primer propietario conocido fue el Regidor D. Diego de Varrios, según el plano de la Isla de León de 1690, al cual se le concedió el privilegio de colocar columnas con cadenas en la puerta de su casa, por haberse guarecido en ella la Custodia del Corpus a causa de la lluvia. Posteriormente pasó está finca a manos de D. Guillermo Macé, en cuya casa llegó a hospedarse el rey Felipe V en su visita a la Isla en 1792, concediéndole a perpetuidad el privilegio de tener cadenas en su puerta. 
Esta casa poseyó también escudo de armas, que actualmente se encuentra en poder de los herederos de la familia Macé y del cual se realizó una réplica que ha sido colocada hace pocos años en uno de los pilares que delimitan el perímetro de la Alameda. Así mismo, en placa erigida en 1990 en uno de los arriates, se hace mención a Juan Nepomuceno Moreno de Guerra, heredero de los anteriores propietarios y Alcalde de la Isla durante los años 1846 y 1847, quien expresó su deseo de ceder los terrenos de la plaza, llamada entonces del General Valdés, al pueblo de San Fernando, convirtiendo así en plaza pública lo que hasta entonces había sido una propiedad privada. A partir de entonces y durante prácticamente todo el S. XIX, fue la Alameda el único paseo público con que contaron los isleños, iniciándose un proceso de integración en el espacio urbano de la ciudad a raíz de la firma de la escritura de cesión en el año 1853, siendo Alcalde D. Jose María de la Herrán y en la que se establecen entre otras condiciones las siguientes: “La obligación de conservar el paseo con la decencia y decoro que permita el estado de los fondos” (...) “ Conservar las cuatro marcas de amojonamiento de su terreno” (...) Y que este terreno “no ha de poder jamás ser destinado a otro uso que el de paseo público”.
 En 1857, el Ayuntamiento instala iluminación eléctrica “La Alameda es el único paseo donde las gentes buscan algún desahogo en las noches de verano; habiendo hecho el pueblo el sacrificio de hermosear, en lo posible el referido paseo., merece que se alumbre cual lo requiere la cultura de este vecindario” y en 1890, a propuesta del Alcalde D. Pedro Díaz Sutil, se rotula la plaza con su nombre actual en memoria de D. Juan Nepomuceno Moreno de Guerra. Más recientemente, en 1948 se reforma instalando los jardines tal como se conocen hoy en día y finalmente en 1972 se derriba el antiguo templete de la música el cual es reconstruido posteriormente, volviéndose a colocar sobre él las ya citadas tres cruces.
 Hay que destacar los diversos y muy importantes valores que este rincón de la Isla ha sabido preservar desde entonces para el disfrute de todos los ciudadanos como son el ser una de las pocas zonas verdes dentro del reconocido por la Junta de Andalucía en Decreto 266/1996 como Conjunto Histórico de la ciudad de San Fernando y a pesar de no estar incluído en la Catalogación Genérica Colectiva de los Jardines Históricos de la Provincia de Cádiz para lo cual reúne amplios merecimientos. Habría además que puntualizar, en comparación con numerosos jardines históricos ya reconocidos de otras poblaciones gaditanas, que San Fernando sólo tiene registrado en dicho Catálogo los Jardines de Cristóbal Colón en la Población Militar de San Carlos, pobre bagaje para una ciudad con parques y jardines dignos y representativos de su Historia. Por otro lado, como pulmón verde de una ciudad cada vez más invadida por el tráfico y la polución, habría que tener en cuenta, a pesar de las futuras ampliaciones como son las modernas instalaciones proyectadas en el Parque del Barrero y el Cerro de los Mártires, que La Isla sigue estando por debajo de los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud en cuanto a los 9 m2 de zona verde por habitante. En definitiva, un espacio público que reúne historia, tradiciones y ocio bajo la valiosa sombra de sus árboles, en un punto de encuentro excepcional digno de ser transmitido a nuestras futuras generaciones de la misma manera que nuestros antepasados pudieron legarlo hasta nosotros y del que deberíamos preocuparnos por defender ante cualquier tipo de transformación de sus esencias o agresión urbanística.

   Jorge Carbó Fernández BAETICA NOSTRA.

 Bibliografía: “Ligeros Apuntes Históricos de la Ciudad de San Fernando”. Joaquín Cristelly. “Historia de Cádiz y su Provincia”. Adolfo de Castro. “San Fernando. Evocación de un Siglo”. Archivo Fotográfico Quijano y Publicaciones del Sur 


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